Wednesday, August 23, 2006


30 de Diciembre del 2003

El baño del Presidente Ricardo Lagos el 30 de diciembre del 2003 en la Playa Grande de Chañaral fue un acto de respaldo a los esfuerzos realizados por recobrar la zona costera y una validación a los proyectos que transformarán al litoral chañaralino en un centro turístico.Hasta 1976, los relaves provenientes de las operaciones mineras de la zona se depositaron en la bahía de Chañaral, lo que impactó negativamente en las comunidades biológicas del área. Las acciones para la recuperación ambiental de la bahía comenzaron en 2001 y vieron sus frutos en diciembre de 2003 cuando la autoridad marítima del puerto decretó la playa apta para el baño. La decisión consideró los estudios y monitoreos realizados por el Servicio de Salud Atacama y el Instituto de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de la Universidad de Atacama, que establecen que no existe peligro para la salud de las personas.


07 de agosto de 2006

Altas concentraciones de metales pesados contaminan el agua. Un intenso color verde cubre gran parte de la playa grande de Chañaral. La famosa bahía donde el ex Presidente Lagos chapoteó durante 15 minutos como prueba de su descontaminación parece estar lejos de ser un lugar recuperado y limpio.Los pocos árboles que la Conaf y Codelco han intentado plantar se ven mustios y sin intenciones de seguir creciendo. Para los chañaralinos, la ilusión de ver su playa descontaminada está lejos de concretarse.
Así lo confirmaron los resultados preliminares de un estudio elaborado por el doctor en Geología de la Universidad de Lausanne (Suiza) Bernhard Dold, quien afirma que la playa de relaves continúa siendo un foco de contaminación y que "la población de Chañaral está principalmente expuesta a la contaminación de cobre, níquel y zinc vía el transporte eólico". Ese es el polvo verdoso del que se quejan los habitantes del sector de Aeropuerto.
El estudio argumenta que "la playa de relaves" sufre un proceso de oxidación que libera los metales contenidos hacia el mar y hacia las poblaciones.Resultados similares obtuvo la ecóloga marina Daniela Araya, de la Universidad de Antofagasta, que en 2004 estudió la presencia del cobre en organismos marinos. En las cholgas, por ejemplo, el cobre alcanzaba las 15 y 17 partes por millón (ppm) y la norma tolerable para el consumo humano es de 10 ppm. En el fitoplancton, el metal rojo era tanto que inhibía su fotosíntesis y por ende su reproducción.El consejero regional Julio Palma cree que Lagos fue engañado: "Le dijeron que la playa estaba descontaminada, pero los problemas no se resuelven con el baño de una autoridad".

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